TLC en el Tolima: ¿Crónica de una ruina anunciada?
Analistas y políticos tolimenses han sostenido en
distintas ocasiones que la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio con
los Estados Unidos traerá ruina al Tolima, antes que riqueza y equidad, como lo
plantean sus defensores, ¿Quién tiene la razón?
El columnista web, y analista político Wilson Leal, puso los puntos claros sobre el debate: Frente al TLC con Estados Unidos, el Tolima tiene"Poco que ganar y mucho que perder". De acuerdo con Leal, respecto de los productos privilegiados para Colombia en el tratado, (flores, tabaco y procesados como textiles) el Tolima tiene pocos desarrollos, "por lo menos en términos de que lo que tenemos".
Por otro lado, los grandes productos del departamento, y que sustentan su base económica, como lo son el arroz, el maíz y el algodón, contarán con una fuerte competencia desde afuera, pero con un agravante: los arroceros, maiceros y algodoneros norteamericanos, están subsidiados por el Estado, y van a la fija para poder enfrentar los avatares del mercado, distinto de los nuestros, quienes arriesgan el todo por el todo siempre en cada cosecha.
Sin embargo, para los defensores del tratado, el Tolima debe modernizarse, y el que éstos productos agrícolas hayan sido su principal soporte económico, no significa que tenga que seguir siendo así, por lo que tendrán que adaptarse creativamente a las nuevas condiciones económicas.
Pero para enfrentar el TLC no basta una actitud positiva. Existen unas condiciones materiales objetivas que enrevesan cualquier cambio de actitud.
Para Rafael Hernández, gerente nacional de Fedearroz, "hay que ser sinceros, y hay que decir que el TLC, como cualquier TLC que se negocia con los países desarrollados, tiene efectos muy negativos para las economías de producción corta, como la nuestra. Los grandes países producen en masa, y de esa manera es muy difícil competir. Naturalmente la situación de nuestros productores no es la de los norteamericanos y canadienses, nosotros no contamos con el respaldo que ellos cuentan; el gobierno colombiano, sin asistencialismo, debe hacer grandes inversiones en el campo, porque estamos muy subdesarrollados".
En esa dirección, el ex gobernador Fernando Osorio señaló que "nuestro aparato productivo no está preparado para el tratado, sobre todo desde el punto de vista de la infraestructura. No tenemos todo lo que esta nueva realidad amerita. Luego, ¿Está el Tolima en capacidad para preparse para los retos del TLC? Eso lo tenemos que resolver pronto".
Reconocer la situación parece simple, hay que comparar la estructura económica de nuestros países con la de los países que entramos a intercambiar productos libremente. Sin duda, Adam Smith, quien en su monumental obra del pensamiento económico "La Riqueza de las Naciones" planteara que el libre intercambio comercial de los mejores productos que cada país produjera era la fórmula para la prosperidad continental, debe estar balbuseando en su tumba al reconocer cómo se han tergiversado sus planteamientos. Sin duda, para el inglés, ese intercambio debía darse en plena igualdad, cuestión que está lejos de darse en el presente tratado.
Por lo pronto, el gobierno sigue manifestando su voluntad de que acompañar a los pequeños productores para darles una mano, no obstante, más que voluntad, potenciar el agro colombiano precisa de políticas estructurales, que ciertamente contravendrían los principios del libre comercio.
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